Diguem prou! | ¡Digamos basta!

Para las personas que no sigan ésta comunidad por la red social Facebook, anunciaros que esta semana hemos alcanzado la cifra de 500 seguidores. La verdad es que no podía haber ocurrido en un momento más propicio, puesto que para celebrarlo quiero hacer aquello que me motivó a empezar con todo esto, es decir, el deseo que mi voz y reivindicaciones fueran escuchadas, pudiendo llegar a cuantas más personas mejor. Hoy escribo esta entrada para todas aquellas y aquellos profesionales del Trabajo Social

Vengo a decir basta, hasta aquí hemos llegado. 
El pasado viernes 23 de noviembre, en la localidad gerundense de Salt, una Trabajadora Social fue apuñalada en el vientre por un usuario, en medio de la calle y a plena luz del día. Los profesionales del ámbito social llevamos unos años padeciendo todo tipo de actitudes agresivas y amenazadoras por parte de algunas personas usuarias y tanto los entes políticos como los colegios oficiales y/o el Consejo general de Trabajo Social no hacen nada al respecto. 
En el caso que os acabo de mencionar, mi perplejidad está llegando a niveles máximos y os cuento el porqué.
El lunes 26 de noviembre, el Col·legi Oficial de Treball Social de Catalunya  (TSCAT) publicó, tanto en sus redes sociales como en su página web, un comunicado en el que exponía su rechazo rotundo a actitudes violentas, denunciando la falta de protección que tenemos los profesionales, mostrando apoyo a la compañera agredida y poniéndose a disposición de los poderes políticos para trabajar conjuntamente en medidas necesarias. También se expuso la valoración de hacer algún tipo de parón a modo de denuncia por lo ocurrido. 
Por su parte, el Consejo General de Trabajo Social, se limitó únicamente a publicar por la red social Facebook, un escrito en el que mostraba su repulsa ante la agresión de la compañera y proporcionando datos del aumento en los últimos años de violencia contra los y las trabajadoras sociales y su deterioro en lo que a condiciones laborales se refiere. No he podido encontrar ningún otro comunicado, ni tan solo en su página web oficial —si alguien lo encuentra, por favor hacérmelo saber para rectificar lo dicho—.
Posteriormente el TSCAT hizo una segunda publicación en la que comunicaba que apoyaba, para el viernes 30 de noviembre, un parón de 15 minutos —convocado por los sindicatos CCOO y UGT— frente a los centros de Servicios Sociales de los Ayuntamientos, Consejos Comarcales, etcétera, con el objetivo de condenar la agresión y denunciar la situación de desprotección de los profesionales. 

Mi perplejidad viene suscitada por el hecho de que ante semenjante acto de violencia hacia una compañera SOLAMENTE se ha tomado la decisión de hacer comunicados, exponer que se está disponible para tratar la situación de las trabajadoras sociales con los poderes políticos y un parón de 15 minutos —que no se me mal interprete, creo que han hecho bien, pero no todo lo que pueden—. 
Quizá he estado equivocada durante todo este tiempo, pero tenía entendido que la disciplina del Trabajo Social es el paradigma de la transformación social, del empoderamiento de las personas para que se conviertan en actores de sus propios cambios vitales, una disciplina que teje redes de apoyo en la comunidad y que lucha para conseguir, la tan nombrada, justicia social
¿Somos capaces de todo esto para los demás, pero no para nosotras mismas?, ¿Tenemos que esperar a que otras disciplinas reivindiquen la importancia de nuestra profesión y la necesidad de que estemos presentes, como ha ocurrido en Galicia? ¿Qué nos está ocurriendo, dónde ha quedado la marea naranja y la lucha por recuperar el reconocimiento que nos pertoca?. 

Este es el momento ideal para convocar una huelga, unirnos a los profesionales sanitarios, bomberos y docentes que estos días, en Catalunya, están realizando movilizaciones y huelga para denunciar la pérdida de condiciones laborales desde los recortes y la falta de seguridad que padecen, también, en sus ámbitos de trabajo. Pero no nos engañemos porque esto va mucho más allá de Catalunya, esto es extrapolable a todo el estado español. Necesitamos presionar a los poderes políticos, no basta con palabras que se las puede llevar el viento o parones simbólicos. Tampoco hacemos nada esperando a que los políticos de turno nos llamen a la puerta para solucionar nuestros problemas —problemas causados por su pésima gestión—, no seamos ingenuos por favor. 
El poder lo tiene el pueblo, siempre ha sido así y siempre lo será. La historia está plagada de ejemplos que lo validan. Y nosotros tenemos el deber como ciudadanos y como trabajadores sociales de promover una revolución de base, una revolución ciudadana siendo nosotros mismos los actores de cambio y luchadores por la justicia social. Ésta no se regala, se batalla para conseguirla.







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Sobre mi

Diplomada en Trabajo Social por la Universidad de Barcelona. Hace unos años decidí explorar el ámbito social desde otra perspectiva, obteniendo así el certificado de profesionalidad como auxiliar sociosanitaria de atención domiciliaria, y recientemente el certificado como mediadora comunitaria. Dichas experiencias, han hecho que se afiancen en mí actitudes y valores que promuevan y luchen por los derechos básicos y fundamentales de las personas, ya sea a nivel individual como comunitario. Ésta lleva siendo una batalla histórica y a día de hoy todavía por conquistar. ¿Me acompañas en esta lucha?

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